No cabe duda que la historia se repite. El foro cerrado por Pedro Ángel Palou al inicio de su administración es el Blog que este lunes clausuró Luis Ernesto Derbez. Administraciones diferentes coinciden en acciones concretas: primero la convocatoria, la sensación de apertura, la participación y luego la justificación; el cierre.
Dos espacios virtuales, con la intención de vincular directamente a la comunidad universitaria con el rector, han desaparecido con argumentos similares en los últimos años. Derbez habla de comentarios anónimos y suplantación de identidad. “(…) Quiten eso. Si la gente no sabe participar, si se mete a un foro que es de una gran calidad interna para molestar a una institución y para denostar lo que para mí son los valores de la Institución, no tiene ningún sentido”. Esto último lo dijo Palou.
En ambos casos, la decisión de Rectoría tiene las mismas implicaciones. El hecho adjunta un agravio, al cargar la responsabilidad –o la falta de ella- en una comunidad lectora que “desilusiona” a las autoridades y a sus nobles intenciones de un diálogo “positivo y respetuoso”.
- No, no, no. Yo creo que es muy interesante. Lo que estoy recibiendo es, al contrario, una retroalimentación de la gente que sí quiere ser seria, que lo que me esta diciendo es ‘qué pena que se den estas cosas, qué vergüenza y sigamos trabajando, y rector le pedimos que siga manteniendo la apertura’.
La triple negación se convirtió en un “sí”. El rector se olvidó de la gente “seria”. De los estudiantes, profesores, exalumnos y padres de familia que creyeron en el Blog y encontraron ahí, en mayor o menor medida, una respuesta a sus legítimas inquietudes.
En la UDLA, las promesas tienen caducidad. Ésta es una de ellas. Ofrecer un correo electrónico (sugerencias.rectoria@udlap.mx) no resulta novedoso. La comunicación entre la comunidad y sus autoridades se fracturó a la vista de todos.
La “libertad de expresión” y la “apertura” resultaron, en este caso, más parecidas al slogan publicitario de una campaña en búsqueda de popularidad y aprobación. Las vías institucionales resultan un consuelo provisional ante una Universidad que en lugar de abrir espacios, comienza a cerrarlos. Otra vez…